martes, 13 de abril de 2010

Esta maldita distancia

  • Octubre 2008

AMO y ODIO mis obsesiones. Sí, todo a la vez. Y te quiero a vos, a vos, A VOS. ¿Y eso te asusta, no? Y huís... Y te alejás de mí... Y ahora estás a miles de kilómetros de distancia... Y yo acá, pensando en vos, todavía... Me cuesta seguir adelante... ¿Cuándo vencerá la razón al corazón?



Bueno, ¿qué es lo que pasa? La cuestión es simple: Felipe en España, yo en Argentina. Creo que ese es un buen resumen y es fácil imaginar cómo me siento... pero igual me voy a explayar.

Fel se fue a principios de junio hacia Madrid. Esos primeros días fueron terribles, sentía que mi mundo se desmoronaba completamente, en especial porque no había podido despedirme de él. ¿Y cómo se cierra un capítulo sin decir adiós, sin desear "buen viaje", con la herida abierta?

A una semana de irse me mandó un mail extenso contándome muchas cosas de Madrid... fue el único mail suyo que recibí en cuatro meses. Tampoco insistí demasiado yo: le mandé dos, no obtuve respuesta y no lo "molesté" más. Tuve un tiempito de alegría en que creí haberme olvidado de él (estaba de vacaciones, divertida, no iba a amargarme por su silencio). Pero, como siempre, volvió de la nada.

A mediados de septiembre ya me estaba angustiando y estaba a punto de mandarle otro mail preguntándole en qué andaba, cuando una noche apareció conectado. Resulta que se mudó a otro pueblo de España y hacía tres meses que no revisaba su casilla de mail. Desde ese momento chateamos bastante, y él está muy raro...

Sus frases: "Al! no sabes cuánto estuve pensando en vos estos días...", "me doy cuenta de que tenemos tantas cosas en común!" (¡¿POR QUÉ NO SE DIO CUENTA CUANDO ESTABA EN ARGENTINA?!), "ya con ver una foto tuya comiendo dulce de leche soy feliz"... entre otras, me dejan sin aliento.

Además de los mails que me manda, contándome sus vivencias, detallando todo, diciéndome que me va a llamar por teléfono para contarme... y las FOTOS. Cuando las vi... está más hermoso que nunca. Demasiado. ¿Y qué hizo mi cerebrito autodestructivo? Pensar... pensar demás. Que está tan lindo, con todo el levante que debe tener allá, ¿por qué se fijaría en mí? Que no pegamos con nada... cientos de pensamientos negativos más.

Eso no importa, la realidad es que él está muy lejos y sin planes de volver por el momento... y yo no sé qué hacer. Por un lado, prefiero mil veces el sufrimiento de saber lo que me pierdo pero hablarle, antes que el silencio... yo necesito saber de él, necesito charlar con él.

Por otro lado, no sé cómo seguir mi "vida amorosa" sin él. No puedo pensar en nadie más, no puedo conocer a alguien nuevo, no me sale. Pero tampoco puedo esperarlo... ¿qué seguridad tengo de que cuando vuelva me quiera? ¿Cuánto tiempo tendré que esperar para que vuelva? ¿VOLVERÁ? (quiero creer que sí). Pero si no me quiere sería tiempo perdido...

Es muy fácil reflexionar y aconsejar ("tenés que seguir con tu vida, conocé a otros chicos y si cuando vuelve se da, buenísimo, y si no, estás con otro") pero en la práctica es muy difícil. Y en especial porque yo, cabeza dura, no me resigno a él. Pero bueno, de todos modos prefiero mil veces esta presencia virtual que el horrible silencio de su ausencia.


Almendra*