sábado, 25 de julio de 2009

Un favor inesperado


  • 10 de abril de 2006


¡¡Ahora sí: el nerviosismo por las nubes!! Es que lo que sucedió hoy me crea una ansiedad terrible sobre lo que pasará mañana... No hay otra opción, tendré que enfrentarlo cara a cara en la escuela.



Esta tarde festejamos el cumpleaños de 15 de mi hermano, hicimos una reunión en casa con familiares y amigos. ¡Lo más divertido de la fiesta fue cuando le pusimos un vestido rojo y brillante y lo sacamos a dar una vuelta por el centro de la ciudad! Es una tradición en mi familia hacer eso con los varones que cumplen 15, así que tuvo que aceptarlo sin quejas... A pesar del ambiente festivo, no olvidé que mañana tengo examen de Historia, así que me conecté unos minutos para intercambiar opiniones con mis compañeros sobre algunos temas que habían quedado confusos... y "Oh! Sorpresa!" ¿Quién estaba conectado? Sí... Felipe...



Le hablé yo. No hizo mención alguna sobre si me había visto en la escuela, y tampoco se lo pregunté. Estaba bastante alterado porque mañana tiene que entregar un trabajo práctico y se le rompió la impresora. Me ofrecí a imprimirle el trabajo y rechazó la propuesta por timidez... "no puedo ser tan caradura", decía; preferiría esperar que se conectara algún amigo suyo que pudiera imprimírselo. Yo insistí mencionándole que no había ningún problema, además eran sólo seis páginas. Se ve que era la última opción que le quedaba... así que terminó aceptando, aunque pidiendo disculpas reiteradamente por la "molestia ocasionada" (¡¡¡ni se imagina!! ¿cómo me resultaría molesto imprimirle un trabajo a ÉL? todo lo contrario...) Se notaba mucho la vergüenza e incomodidad que le producía pedirle este favor a una casi desconocida, ¡pero yo no podía estar más feliz! Me alegra tanto poder serle útil en algo... Terminó diciéndome que si lo necesitaba me pasaría algunas respuestas de Historia durante el examen, jaja... Quedamos en que mañana en el primer recreo nos encontramos y le doy su trabajo; él quiere pagarme la impresión, pero no lo voy a dejar.



Y ahora.... ¡AH! ¡Qué nervios! ¿Cómo reaccionaré? ¡¡Espero no quedarme muda ante su presencia!! ¡Espero hacer algún comentario interesante y que no me traicione la timidez! Sólo queda esperar hasta mañana, cuando finalmente hablemos CARA A CARA.

Almendra*


lunes, 6 de julio de 2009

Que decida el destino

  • 7 de abril de 2006
Qué expectativa... Llegué a la escuela con la almohada pegada a la cara de lo poco que dormí a la noche. El sueño que tenía era impresionante, pero a la vez los nervios me mantenían despierta. ¿Me buscaría Felipe? ¿Me saludaría? ¿Al menos se cruzaría con mi mirada?
Las dos primeras horas de clase se me hicieron interminables... pero al mismo tiempo no quería que llegara el recreo. Por un momento tuve la estúpida idea de quedarme adentro del curso para no verlo. ¡Me vence la timidez! No puede ser que sea así... pero ante la presión de mis amigas, cuando sonó el timbre del recreo salí al pasillo. Los alumnos de 3º todavía no habían salido porque el profesor seguía dictando. Aproveché la ocasión para asomarme al balcón y quedarme allí, esperando, cerca de la puerta de su aula... Si él tenía intenciones de saber quién soy, le bastaba con voltear y yo lo saludaría. Pero eso no pasó...
Felipe salió al pasillo rodeado de compañeros, se dirigió hacia las escaleras y bajó, sin mirar atrás. La desazón comenzaba a recorrer mi cuerpo, cuando mis amigas, sin hacer caso a su actitud indiferente (¿tal vez premeditada?), entre risas me animaron a bajar hacia el patio, así nos cruzábamos con él. Yo no tenía intenciones de eso... ya era un paso haber estado cerca de la puerta y que me esquivara. ¿Pero había sido un acto consciente? Al fin y al cabo, él no sabe quién soy yo... (o eso creo).
Bajé al patio, pero rehusándome a pasar cerca de él. Así que fue un recreo como cualquier otro: yo mirándolo de lejos, él charlando con sus amigos.
Sucedió lo mismo en el segundo recreo, con la diferencia de que no me propuse encontrarlo cerca de su curso. Seguí mi mañana normal... tal vez como un método para tranquilizarme.
Pero cuando terminó el recreo y subí al pasillo, algo cambió. Me quedé afuera del aula, ya que el profesor no había llegado. Los alumnos de 3º también estaban afuera de su curso. Entonces lo vi y él hizo lo mismo. Al encontrarse nuestras miradas, no pude evitar sonrojarme y reprimí una tímida sonrisa que quería asomarse a mi boca. Aunque fue un segundo fugaz, porque él... desvió la mirada casi instantáneamente y entró a su curso. ¿Es timidez? ¿Es que se dio cuenta quién soy y lo avergüenza? ¿Es indiferencia? ¿Qué es?

Y ahora que no nos saludamos... ese "nos vemos mañana" ya no significa nada. Sí, nos vimos... yo lo vi... él me vio... ¿Pero me vio a mí, a Almendra, o vio a alguna chica cualquiera que lo incomodaba con su constante mirada? ¿Y ahora cómo sigo? ¿Tendré que esperar quién sabe cuántos días a que vuelva a conectarse o intentaré nuevamente "verlo" en la escuela?
Que lo decida el destino...

Almendra*